Los universitarios son más altos que los sin estudios: persiste la desigualdad del estado nutricional y, además, hemos dejado de crecer.
Un nuevo artículo del grupo DESPOBES aporta evidencia sobre las desigualdades del estado nutricional de los españoles y las españolas en las cohortes de la segunda mitad del siglo XX y destaca que las últimas cohortes han dejado de crecer.
Begoña Candela-Martínez, Antonio D. Cámara, Diana López-Falcón, José M. Martínez-Carrión
“Growing taller unequally? Adult height and socioeconomic status in Spain (Cohorts 1940–1994)” SSM – Population Health, 18, june 2022, 101126.
DOI: https://doi.org/10.1016/j.ssmph.2022.101126
RESUMEN:
Las desigualdades socioeconómicas y su evolución en diferentes contextos históricos han sido ampliamente estudiadas. Sin embargo, algunas de sus dimensiones permanecen relativamente inexploradas, como el papel que juega el nivel socioeconómico en la trayectoria de los niveles de vida biológicos, especialmente el estado nutricional neto. El objetivo principal de este artículo es analizar si el poder del nivel socioeconómico (NSE; SES, en inglés) para explicar las diferencias en las dimensiones biológicas del bienestar humano (en este caso, la estatura adulta, una métrica confiable para la salud y el estado nutricional) ha aumentado o disminuido con el tiempo. El nivel de estudios y la categoría profesional se han utilizado como dos medidas diferentes del NSE de los españoles y las españolas nacidos entre 1940 y 1994, cubriendo así un período histórico en España caracterizado por el notable desarrollo socioeconómico y un marcado aumento en la estatura adulta media. Nuestros datos se extraen de nueve oleadas de la Encuesta Nacional de Salud de España y la muestra española de dos oleadas de la Encuesta Europea de Entrevistas de Salud (ENSE) para el período de 1987 a 2017 (N = 73.699 ciudadanos de 23 a 47 años). Mediante una regresión multivariante se ha realizado un análisis que muestra que, en su conjunto, las diferencias de altura por nivel educativo han disminuido con el tiempo, mientras que las diferencias por categoría ocupacional de los jefes de hogar han persistido en gran medida. Estos resultados indican la necesidad de una mayor calificación al describir el proceso de convergencia en los indicadores de bienestar biológico entre grupos sociales. Por ejemplo, la progresiva matriculación de una mayor proporción de la población en niveles educativos superiores puede llevarnos a subestimar las diferencias reales entre grupos socioeconómicos, mientras que otros indicadores del NSE aún apuntan a la persistencia de tales diferencias.
DOI: https://doi.org/10.1016/j.ssmph.2022.101126
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